lunes, 1 de enero de 2007

Y va de nuevo...

Afuera todavía se escuchan los silbidos de los cachiflines. El olor a pólvora es tremendo, junto con el humo de tantos juegos pirotécnicos lanzados en tan poco tiempo. Algunos estarán hasta el culo de tanta "tomatinga". Otros lo habrán pasado solos, sin nadie a quien abrazar. A otros cuantos, les habrá correspondido doble.

¿Feliz? Año Nuevo.

Si algo me he dado cuenta desde que tengo el blog, es de que no tengo un mejor momento para sentarse a escribir algo que el 1 de enero en la madrugada. Como que uno tiene más claro su propio sentido de la trascendencia y se mezcla la nostalgia con la ilusión y la inseguridad por lo que vendrá.

Empiezo el año con negativismos. Y sorry, pero aunque soy un mae "de fe" (ni yo me lo creo), creo mucho en el libre albedrío de los seres humanos, que al final, es lo que tiene a este mundo tan mal, pero es la diferencia de ser seres autónomos a ser fichas de ajedrez Divinas.

Los últimos fenómenos no dan mucha esperanza: a Sadam lo matan en la horca en pleno inicio de Siglo XXI, o sea, se aplica más muerte para resolver la muerte. El clima está cada vez más loco, seguimos contaminando y los gringos siguen sin querer ratificar el Protocolo de Kyoto.

Las guerras sin fin continúan. Lo de Israel y Palestina parece de nunca acabar. Irán nos amenaza a todos con desatar una guerra nuclear, aunque quienes los critican no tienen derecho a hacerlo: ellos también poseen arsenal de ese tipo.

Más de cerca, el gobierno quiere meternos un TLC que parece ser la pomada canaria para nuestros males de desempleo, y parece que hay muchos en la Asamblea Legislativa que piensan lo mismo. Pero también hay algunos sindicalistas oportunistas que quiere llevarse su tajada de la oposición. Y el bienestar del país, que es lo que importa, parece quedar de segundo plano.

Yo solo espero que durante este 2007 todos tomemos conciencia de lo que nos falta por hacer. Aunque sea pequeño, hagámoslo de corazón. Porque aunque las cosas afuera pinten mal, si empezamos desde nosotros mismos, el mundo cambiará para nosotros. Basta con actuar según nuestra moral: si creemos en Dios, entonces dejar que Él actúe en nosotros... y si no, pues al menos tomar acciones como seres humanos responsables de nuestra existencia y la de otros, como parte de esta cadena de favores en la que todos estamos metidos.

Pongámosle ganas al 2007, hagamos lo que hagamos, hay que hacerlo con amor para que este mundo, que de pronto parece no tener esperanza, nos sea más próximo.

Recordá:

"Debés amar hasta que duela"

Atte: Beata Teresa de Calcuta