domingo, 21 de octubre de 2007

Costa Rica, el pueblo que... ¿ya no come cuento?

Hoy en la tarde me puse a pensar en ese lugar común que todos hemos usado en algún momento para "demostrar retóricamente" que nuestro pueblo es cada día más crítico y pensante: "Este pueblo ya no come cuento". Y la verdad, es que con tanto baile, tanto en la cancha como en el foro de Canal 7, con tanto ataque mediático y con tanto discurso lleno de frases bonitas e ilusiones, uno no puede hacer otra cosa que cuestionarse ese tan mencionado lema.

Lo usan los políticos cada 4 años, cuando debaten. Lo usan los dirigentes federativos cuando justifican una baja taquilla en los partidos de la "Sele". Lo usan los comerciantes cuando sus ventas de navidad a mediados de setiembre, "no calientan". Y más de un taxista lo utiliza para argumentar el por qué de sus bajas ganancias.

Yo sinceramente, sigo creyendo que este pueblo "sigue comiendo cuento". O al menos una parte de él. Lo siento, tristemente, cuando me doy cuenta que un programa como "Bailando por un sueño" (Al pueblo, pan y circo) obtiene el 51% de rating los sábados en la noche, algo por lo que Arias y un Clásico La Liga - Saprissa matarían por tener. Un espacio que no tiene otro fin más que vender publicidad a precios exhorbitantes, a costa del sufrimiento y dolor de quienes no fueron favorecidos a simple vista con la gracia de una vida digna, bajo la garantía de que medio país lo estará viendo.


Yo simplemente no concibo cómo es posible que la gente se golpee el pecho con UN caso desgarrador de la vida, e invierta dinero en un espacio que al final de cuentas, lo que busca es una mayor y mejor venta de publicidad para el canal. En fin, el sufrimiento oculto tras una pista de baile. Eso me recuerda la famosa teoría de "Usos y gratificaciones" que vemos los "comunicólogos" en Teorías de la Comunicación: todo el mundo ve/escucha/lee algún mensaje porque le produce alguna gratificación o sentimiento agradable a su vida. Y qué triste cuando esa "satisfacción" se traduce en morbo y caridad postmoderna, de esa que implica desprenderse de un poco de lo mucho que nos sobra para así sentirnos mejores seres humanos. Se nos olvida, que así como esos casos, hay miles en nuestro país y muchos más en otras zonas de América Latina, que no cuentan con "la suerte" de formar parte del argumento central de un programa donde "famosos" y soñadores sudan mañana tarde y noche para lograr cambiar "UNA" vida.

No señores, yo en lo personal, si es del caso, prefería los famosos "Sueños de navidad", que aunque "raitingueros", no necesitaban de tanta inversión en producción, set y morbo para llevarse acabo. Y al final de cuentas, contaba con la colaboración de miles y miles que no votaban por "el que baila más bonito", sino que ayudaban por el simple deseo humano de hacerlo, aunque fuera solo en Navidad.

La caridad va más allá de eso. Yo bailaría por el sueño de ver una Costa Rica libre de narcotráfico, donde los jóvenes no sean expulsados del sistema educativo, una Costa Rica con menos de un 5% de pobreza (para ser realistas), donde su clase media no tenga que preguntarse cómo le hará para llegar a fin de mes. Una patria sin idigentes (porque salieron de su alcoholismo y drogadicción, no porque alguien los mató o murieron de enfermedades), una nación con una prensa crítica, hacia la derecha e izquierda, donde las ideas se puedan expresar libremente sin el miedo de perder el trabajo por hacerlo o ganarse el desagrado eterno de quienes no comparten mi pensamiento. En fin , una Costa Rica que ya no coma cuento. Por esa Costa Rica, me "echaría" un bolero, una cumbia, un tango, y hasta un chachachá.

Y el Campeonato Nacional está cada vez más competitivo. Y Batata le viene a salvar la vida a La Liga. Y Saprissa sigue ganando en el último minuto. Y Cartaginés este año "Sí" será campeón. Herediano romperá con esa racha de 15 años sin festejar algo de verdad. El Puerto asusta... pero entrega las tapas al final. Y el resto, que se pelee a ver cómo hace para no descender o para quedar en la posición menos mala posible, con la promesa de permanecer un año más en Primera División.

Seguimos jugando en chancheras, en barriales, en canchas duras, donde los futbolistas se lesionan. Y la "Sele"? Muy bien, tiene como 9 partidos invicta (todos empatados) y no hace un solo gol porque sus delanteros no saben cómo marcar anotaciones. El mismo futbolito de siempre, donde "más de tres pases seguidos sin perder el balón se convierten en un jugadón". Pero la gente sigue viendo los partiditos, sigue (o seguimos) creyendo en que la Selección, mayor o menores, esta vez sí hará un papel decoroso, en que algún día pasaremos la famosa "Segunda Ronda" y llegaremos a Cuartos de Final. Pero los resultados siempre son los mismos: en Concacaf poseemos el privilegio de ir de tercerones, detrás de los Gringos y México, total, "nunca vamos a poder ser como ellos porque nos falta plata". Los entrenadores? El que fracasó en San Carlos es la nueva gran novedad en Santos, y el que echaron por pésimos resultados en Heredia será ahora la esperanza de un mejor futuro para Liberia. Y así pasan los años y la mediocridad se perpetúa, y seguimos soñando con gestas de Italia 90 y de los "Chaparritos de Oro", lamentándonos el gol que falló Parks contra Turquía en el 2002, y del Mundial 2006... mejor ni nos acordamos... pero pongamos el 6 o el 7, que ya va a empezar Brujas - Pérez!

Conclusión? En futbol, también seguimos comiendo cuento!

Calderón "amenaza" con lanzarse a la campaña política. Y el pueblo ignorante "amenaza" con hacerlo presidente. El descubrimiento de corrupción del 2004 ya parece lejano, y en Costa Rica, como no hay escándalo que dure 3 años (para darnos algo de crédito de evolución), cualquier cosa puede pasar. Parece que Figueres ya podrá dejar de comer queso suizo para disfrutar, de nuevo, del Tipo Turrialba de la Dos Pinos. Arias logró ser presidente reelecto pese a que bien sabía la Constitución no lo dejaba. Al final y al cabo, sus amigos en la Corte lo ayudaron. Pero de eso nadie se acuerda ya tampoco. Y para terminarla de hacer, Jesucristo Hombre - divorciado - nos viene a dar la receta para alcanzar la plenitud eterna, y muchos babosos van y se tatúan el 666 como el máximo signo de esperanza en un nuevo régimen espiritual. Y el pueblo? Bien gracias, viendo bailar a los faranduleros los sábados por la noche!

La educación no pasa de un ser. Los chiquillos siguen aprendiéndose de memoria las mismas varas que yo leía en 1992 cuando estaba en tercer grado. La conciencia crítica se escapó de clases, y producto de eso, la única esperanza de tener criterio en nuestra ciudadanía, se va por el caño. La educación no ofrece retos, sigue siendo metódica, fría, aburrida... memorística. Aunque gracias a Dios hay profesores que invitan al estudiantado a pensar, a criticar, a asumir responsabilidades, éstos son los menos, y al alumno, después de años y años de un sistema estupidizante, le parece aburrido enfrentar este sistema, que le enseña a comer cuento. Y la bronca sigue en las universidades privadas, donde en su mayoría, fabrican gente para que produzca, pero no para que piense... eso es peligroso, es para los "comunistas y troskos".

Y finalmente, pese a que nos dimos cuenta gracias a un memorando providencial lo que había detrás de los intereses del gobierno, aunque la misma "La Nación" nos dijo en el 2004 que los negociadores fueron pagados con plata de Estados Unidos, a pesar de que se advirtió quiénes serían los primeros beneficiados con el TLC y quiénes los grandes perjudicados, nuestro pueblo se comió el cuento de que los trabajos estaban amenazados si el dichoso acuerdo comercial no pasaba... y el 7 de octubre pasado, Costa Rica salió con un domingo 7, en contra de sí misma, y le dijo "Sí" al fin de su Estado Social de Derecho y su sistema solidario. Total! Franklin Chang también dijo Sí! Aunque bueno, hay que rescatar que un 48,3% de la población fue valiente y resistió el bombardeo siniestro de los medios de comunicación y del mismo gobierno, además del miedo que impulsaron las empresas, cumpliendo a cabalidad el contenido del Memo de Casas y Sánchez.

La pregunta entonces, después de este largo análisis, no es si Costa rica come cuento. Esa respuesta es clara: afirmativo. La pregunta es ¿cuándo perderemos nuestra inocencia? ¿Hará falta una gran crisis social para que dejemos de pensar que vivimos en una nube donde huracanes, enfermedades, pobreza y violencia no nos afectan? ¿Llegaremos a darnos cuenta de que no podemos seguir con el tren de vida consumista e individualista que llevamos? Cuál será el precio que tendremos que pagar por todo esto?

Cuántos anuncios idiotas de HSBC, de la nena que no sonríe porque su sonrisa es pésima y necesita de Tridents para hacerlo, cuántos corazones del Sí y del No tendremos que aguantarnos en la política venidera para hacer a X personaje, presidente de la República, cuántos años de pobreza estancada (aunque creciendo en número), cuántos de instituciones estatales quebrando porque la competencia transnacional fue demasiado para ellas?

Si no dejamos de comer cuento, no esperemos mucho de nuestro propio futuro...

3 comentarios:

Dinia Solano dijo...

Un conocido argentino me receta la misma conclusión que tenés: CR no ha sufrido verdaderas crisis, o la parte de la población que puede decidir todavía está muy acomodada en sus hermosas casas con sus hermosos carros y sus casi hermosos empleos como para hacer conciencia y luchar por lo que es bueno para el colectivo.

Para decidir hay que saber-conocer. Creo que solo una parte de la población puede tomar las decisiones que le den rumbo al país porque tiene suficiente educación y acceso a medios.

Es muy triste. Los demás dejan que otros decidan (abstencionismo, poca participación en proyectos comunales...).

Eso se ve hasta en la economía de cada familia: ¿quién tiene ahorros? ¿quién administra su dinero de tal forma que sobreviva enero sanamente?

El consumismo de diciembre es espantoso y muy pocos quieren hacer la diferencia.

Todo está enlazado.

Pero cada uno formamos un desierto de granos de arena. Si cada uno se preocupa por hacer bien las cosas se cambiará una pequeña parte del destino.

Hay que tratar de hacer la diferencia, en algo. Sino, la crisis sí nos habrá vencido.

Yo no quiero seguir a la masa...

Unknown dijo...

Mirá Dinia... no había visto que en las economías familiares, nosotros mismos nos creemos nuestro propio cuento... nos engañamos a nosotros mismos! Q cierto! Gracias por ese aporte, porque realmente esta es una situación que va desde lo Micro hasta lo Macro.

Pura vida.

Anónimo dijo...

Ovación de pie!!! Excelente tratamiento del tema en tu post, lo comparto de principio a fin, por dicha existe gente como tú que no venden su conciencia.
Sigue adelante y felicidades por tu blog.
A propósito me permitiré colocar un link a tu blog desde el mío.
Saludos.